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Oaxaca gana el derecho a decidir



Es necesario partir del siguiente dato: en Oaxaca se realizan diez mil abortos clandestinos al año.

De modo que la votación del Congreso del estado para despenalizar la interrupción del embarazo no fue, para que estemos sintonizados, a favor o en contra del aborto, sino para permitir que la práctica, que de cualquier forma se realiza, salga de la clandestinidad. Que las mujeres que se lo practican lo hagan en las mejores condiciones posibles.

Piensen en esto: Si la votación del Congreso hubiera sido en contra los abortos no se detendrían, seguirían realizándose pero en situaciones de alto riesgo. En un hecho que la prohibición legal no inhibe los abortos, lo vemos en todo el país, pero sí obliga a realizarlos de manera peligrosa.

Oaxaca se convirtió así en la segunda entidad federativa en despenalizar el aborto, además de la CDMX, siempre y cuando se realice antes de las doce semanas de gestación. Se trata como sabemos de un estado pobre, con desigualdades sociales inmensas. La dispersión de las comunidades complica las cosas,

Las mujeres que están en mayor riesgo son, como siempre, las más pobres y las más jóvenes, adolescentes de hecho e incluso niñas. La entidad tiene una de las tasas más altas de maternidad en edad temprana. Las mujeres que tienen recursos y buscan abortar viajan a la ciudad de México o pagan en clínicas clandestinas. Las demás corren riesgos letales. Hay que celebrar que eso terminó.

Asumo que es un tema muy delicado que divide a la sociedad. Ayer en Oaxaca hubo por un lado muestras de júbilo, lágrimas de alegría, pero también lágrimas de tristeza de amplios grupos sociales, afines a la Iglesia Católica y credos evangélicos, que lo consideran un agravio imperdonable. Puede comprenderlo pero están en un error.

El derecho de cada persona a elegir el rumbo de su vida  es lo primero. Los fieles de esas y otras iglesias tienen todo el derecho de vivir de acuerdo a las reglas de su congregación, y encontrar así, según su creencia, la salvación de su alma, pero no pueden imponer esa visión al resto de la sociedad.

Un jerarca eclesiástico se destapó hablando de la intervención de Satán, otro habló de signos de muerte. Pueden decir misa, literalmente, y si sus feligreses coinciden con su visión del mundo pues adelante, el respeto es central y están en su derecho, pero ese derecho termina donde empiezan los derechos de los demás.

La votación en el Congreso oaxaqueño, que acepta el calificativo de histórica, es un enorme paso adelante pero no soluciona el problema. Para que ese derecho se haga realidad todavía falta mucho. Lo siguiente es que las mujeres oaxaqueñas tengan cerca de sus comunidades clínicas de salud con personal calificado y los medicamentos indicados. Si no hay condiciones materiales para hacer valer el derecho a decidir, el avance puede quedar como letra muerta. El siguiente paso es hacerlo realidad.

Por supuesto que este derecho se inscribe dentro de una serie de servicios de educación y salud que el Estado está obligado a proporcionar a todos los habitantes. Hay indicios de que la bancada de partido mayoritario podría poner sobre la mesa la despenalización del aborto a nivel nacional. Sería, de conseguirse, un legado positivo de Morena.

Los embarazos no deseados son multifactoriales y el fin último es evitarlos y no llegar al aborto. La verdad muchos de estos factores están vinculados a una tradición de abuso de muy vieja data, lo que conduce al lema feminista de “Hay que abortar el sistema patriarcal”.

 

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@soycamachojuan

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