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2015, victorias discretas, derrotas apabullantes



PRI.- El PRI tuvo un buen año, a secas. Perdió el gobierno de Michoacán y también en Nuevo León, que son derrotas serias. Después del escándalo por la vinculación de los principales funcionarios públicos del estado de Michoacán con la cúpula de los Caballeros Templarios, era casi imposible que el PRI retuviera el gobierno. Los michoacanos no tuvieron más  remedio que castigarlos. De cualquier forma hay que  reconocer el esfuerzo que desplegó el candidato Orihuela Bárcenas, que a pesar de los pesares obtuvo casi  medio millón de votos, con lo que el tricolor se mantiene como segunda fuerza en la entidad. La verdad es  que después de Fausto Vallejo, su junior y Jesús Reyna,  el PRI puede darse por bien recibido.

En Nuevo León el divorcio del entonces gobernador y la  cúpula empresarial de la entidad, el verdadero poder en el  estado, no auguraba nada bueno para el PRI y su joven candidata Ivonne  Álvarez. El fenómeno a destacar fue  que triunfara el candidato independiente, El Bronco, que  obtuvo más votos que PRI y PAN juntos. Fue una paliza  que tuvo resonancia nacional e internacional,  al grado de que ya hay algunos acelerados  que quieren al Bronco de candidato independiente, con los mismos patrocinadores, esto es la cúpula empresarial, para la Presidencia de la República. Tiene posibilidades reales de aparecer en la boleta.

El PRI perdió también en Colima. O para  precisar el Tribunal Electoral le arrebató el  triunfo y ordenó una elección extraordinaria. La buena noticia para el PRI en el 2015  fue su inesperado triunfo en la elección para diputados. Pocos creían que obtendría  la mayoría, pero lo hizo, gracias en buena parte a su alianza con el Partido Verde y a  la división de la izquierda entre el PRD y Morena. Eso dibujó de manera nítida lo  que debe hacer el PRI en el 2016: fortalecer  su alianza con el Verde, y sumar a otros partidos, entre ellos Nueva Alianza, y por el otro lado meter cizaña para que Morena y  el PRD sigan dándose hasta con la cubeta.  Si el 2015 fue un año complicado para el PRI, ganar elecciones en un escenario de  contracción mayúscula de las finanzas públicas será  complicadísimo. Para ser justos, cabe anotar los triunfos en Sonora y  en algunas delegaciones del Distrito Federal como palomitas en el historial tricolor.

PAN.- Para Acción Nacional el 2015 fue un año para olvidar. La  división interna le  pasó la factura. Se reflejó en resultados  electorales extremadamente discretos. Lo  mejor creo es que terminó el  ciclo de Gustavo Madero que debió retirarse como Greta Garbo. No lo hizo y bajo su mando el partido volvió a perder. Ya lo había hecho  en el 2012 con la campaña desastrosa de  Josefina Vázquez  Mota y Madero repitió la  dosis perdedora. La derrota en  Sonora fue  muy dolorosa. El ex gobernador Padrés está a pocos metros de prisión. La llegada de  Ricardo Anaya es un paso adelante.  Otra  imagen, ideas diferentes. Lo malo para el PAN es que el diferendo entre el grupo de Calderón, lo que queda del  foxismo y la gente de Madero no ha concluido. Las  heridas están abiertas y todavía nadie se toma la molestia  de hacer una operación cicatriz, que les urge.

También es una buena noticia el surgimiento de Margarita Zavala como aspirante presidencial creíble. La  ex primera dama avanza en las encuestas. En el PAN  nadie le hace sombra, ni siquiera el gobernador de Puebla, Moreno Valle, que es un político poderoso, con recursos. Margarita puede competir. Tiene algo muy valioso, se le identifica y posee buena imagen, a pesar de su  marido. Para el PAN será clave ganar la elección extraordinaria  en Colima. Si lo consigue, a pesar de su  alocado candidato, puede entrar en una inercia ganadora a que le hará mucha falta en las elecciones para las  otras 12 gubernaturas. Al menos en tres o cuatro irá de  aliado del PRD. En el papel es un disparate que izquierda y derecha se arrejunten, pero la verdad es que las alianzas electorales les han dado respuestas generosas,  aunque gobiernos de pesadilla.

PRD.- Hay quien asegura a que el sol azteca está en proceso de diluirse. La verdad es que su votación se ha contraído. Perder Guerrero estaba descontado después  de lo de Ayotzinapa, que son palabras mayores. Recuperar Michoacán fue oxígeno puro. Silvano Aureoles tiene potencial para convertirse en el nuevo hombre fuerte del sol azteca. Si hace un buen gobierno en Michoacán, le puede tirar después a lo más alto. Quitar prematuramente a Carlos Navarrete de la presidencia fue un acierto. Era un  muerto viviente. Poner en su lugar a  Agustín Basave es una apuesta riesgosa, pero se trata de un académico de altos vuelos que puede darle coherencia  y profundidad discursiva al partido, algo fuera del alcance de los  Chuchos. Una de las pocas buenas noticias que tuvo el PRD este año fue  que Miguel Ángel Mancera, que había  estado de capa caída, comienza a tomar altura. El tema de la reforma política del Distrito Federal, para crear  la Ciudad de México, le puede dar materia prima valiosa para el proselitismo político, de manera que en un año o dos sea una alternativa real para competir, con posibilidad de dar la pelea, por la  Presidencia de la República.

Morena.- En su debut electoral tuvo dos noticias antagónicas: Una  muy buena fue el resultado obtenido en el Distrito Federal que lo coloca a tiro de piedra del Palacio del  Ayuntamiento. La nota mala fue su pésimo rendimiento a nivel nacional. En la mayoría de las entidades Morena no asusta ni a su sombra. Si no crece en estados clave como Veracruz, Estado de México, Jalisco o Nuevo León, López Obrador se volverá a quedar de nuevo con las ganas de irrumpir en Los Pinos. Este  año López se autonombró presidente del partido. Ganó por aclamación.  Que haga lo que se le pega la gana  en su partido no es una buena noticia,  nos remite a tiempos de caciques iluminados que nunca se equivocan. El  tabasqueño es un anacronismo.  Quiere  imponer modos de hacer política propios de otro siglo, donde un  tlatoani hablaba  sin parar y los demás callaban. ¿Podrá gobernar así en el siglo XXI?

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