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1994. Galería del terror



Los personajes que protagonizaron el año 1994 conforman una verdadera galería del terror. Lo que más desalienta es que la clase política de ese entonces es casi la misma de ahora, con algunas adiciones poco relevantes. Ese año las élites colisionaron y llegaron al extremo de dirimir sus diferencias a balazos. Un buen número de protagonistas son ahora fantasmas que arrastran cadenas pues se llevaron consigo, al más allá, innumerables secretos que hoy ayudarían a terminar el rompecabezas de todo lo ocurrido.

No están con vida, aunque siguen en la polémica, Luis Donaldo Colosio, Diana Laura Riojas, José Francisco Ruiz Massieu, Mario Ruiz Massieu, Manuel Camacho, Samuel Ruiz, y sobre todo no está, aunque no es seguro que esté muerto, Manuel Muñoz Rocha, un personaje de medio pelo que sin embargo es la llave para comprender lo sucedido y cómo es que finalmente llegamos hasta aquí.

Siguen aquí tratando de que su versión sea la dominante a la hora de escribir la historia los hermanos Carlos y Raúl Salinas, además de Mario Aburto. Está, aunque opera como fantasma, Ernesto Zedillo. Siguen aquí Cárdenas, Muñoz Ledo, Ifigenia, AMLO, Alfonso Durazo, Manlio, el jefe Diego, Córdoba, Serra, Lozano, Chapa.  Está el ombudsman, González Pérez, último fiscal del caso Colosio. Está el subcomandante Marcos, hoy Galeano. Cada uno de ellos tiene su versión de lo ocurrido en el atroz 94 que hoy se ha puesto de moda por el lanzamiento del documental del periodista Diego Enrique Osorno para Netflix y que es ideal para los jóvenes, que en aquel año eran niños o adolescentes, distantes de la política. El documental es una buena forma de acercarse a los hechos.

El choque de las élites propició la derrota del PRI en el año 2000, pues Ernesto Zedillo optó por retirarle el apoyo de la Presidencia de la República al partido tricolor, lo que abrió la posibilidad de un triunfo de Acción Nacional. En el año 1994, el primer día del año, entró en vigor el TLC de América del Norte. Ese mismo día, no por casualidad sino para enfatizar su rechazo a la globalización, el subcomandante Marcos y el resto de la comandancia zapatista resolvió levantarse en armas en contra del gobierno de Salinas en municipios aledaños a la Selva Lacandona en Chiapas. El tratado sigue con otro nombre y, curiosamente, Marcos sigue, pero también con otro nombre.

El movimiento zapatista acaparó la atención de los medios y la decisión de Salinas de nombrar a Camacho Solís comisionado por la paz, puso contra la pared la campaña de Colosio que dejó las portadas de los diarios para refugiarse en páginas interiores. Camacho atrajo los reflectores y Colosio estuvo a la sombra, hasta el día de su discurso en el Monumento a la Revolución. Dicen los enterados que unos días antes de su asesinato, Colosio y Camacho alcanzaron un acuerdo que permitiría el despegue de la campaña presidencial del sonorense que fue ejecutado de 2 tiros, al parecer por un solo gatillero, al término de un mitin en una colonia precarista de Tijuana.

Salinas eligió a Zedillo como candidato sustituto y poco después fue asesinado Ruiz Massieu. Por ese crimen Raúl Salinas estuvo en prisión. La pieza clave, Muñoz Rocha, desapareció. Lo lógico es que esté muerto, pero podría andar por ahí, agazapado.  Dicen que Zedillo dijo ante la muerte de José Francisco que así no quería la candidatura. Como digno colofón de un año horrible, el error de diciembre, que juntó para siempre, y para mal, los nombres de Salinas y Zedillo nos sumió en una severa crisis económica.


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@soycamachojuan

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