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AMLO 5 meses. ¿Temor o esperanza?



El dato más relevante de los primeros cinco meses de la presidencia de López Obrador es el protagonismo de las fuerzas armadas. Nadie lo vio venir. A las múltiples declaraciones en contra del Ejército durante la campaña y el maltrato al que sujetó al Estado Mayor Presidencial y la Policía Federal, la consecuencia lógica sería un ostracismo de las fuerzas armadas, que regresarían con más pena que gloria a los cuarteles.

Ocurrió justo lo contrario. Están todos, soldados, marinos y policías federales afuera, en las calles, haciendo literalmente de todo, hasta construyendo aeropuertos civiles. La apuesta de la Guardia Nacional sería la delicia de los conservadores, pero como la propuso López Obrador todos sus seguidores se han esmerado en justificarla. La realidad, irrebatible, es que se militarizó la seguridad pública, lo que no ocurrió ni con Calderón ni con Peña, pero nadie en el equipo de presidente lo reconoce y quienes lo denuncian afuera son tildados de emisarios del pasado. AMLO está arropado por la milicia que es la única que, llegado el momento, podría obstaculizar una intentona ­reeleccionista; no lo pierda de vista.

No digo que sea mala la idea de la Guardia, sostengo que va en sentido contrario a lo ofrecido por el tabasqueño desde que comenzó su campaña en el lejano año 2000. ¿Cuándo comenzará a dar resultados la Guardia Nacional que se reflejen en una vida con menos sobresaltos para la ciudadanía? El presidente dijo que seis meses. Su secretario de Seguridad lo corrigió al siguiente día y dijo que en tres años. Lo más seguro es que concluya el sexenio con indicadores similares a los actuales. Nada sería más reconfortante que, antes de terminar este mismo año, las cosas en el ámbito de la seguridad, cambien, pero es casi imposible. Las matanzas serán el cuento de terror de nunca acabar.

Lo más nocivo de la Guardia Nacional es que desincentiva a los gobiernos estatales y municipales a crear sus propias policías profesionales y honestas. Hay que buscarle por otro lado. Dicen los que están cerca del fogón que el gobierno federal está por lanzar una muy ambiciosa campaña de medios para contener el consumo de drogas e impedir las adicciones. Será bienvenida. El consumo local ha crecido de manera exponencial, creando una masa delincuencial que rebasa a las fuerzas del Estado. Los consumidores financian a los traficantes. No sé si la campaña contraiga el consumo, pero es de esperar que por lo menos desacelere su expansión. Mientras haya demanda la oferta se mantendrá. Los datos más recientes muestran que muchos jóvenes adolescentes, se incorporan al mercado de consumidores por lo que el negocio está asegurado.

Eso con respecto a la Guardia Nacional, en el caso de la Fiscalía General hay muy poco qué presumir. Claro que se trata de una institución que parte de que la antigua PGR era un desastre nacional, que se fue desmantelando hasta quedar en cascarón inmundo. El nuevo fiscal no es un mago y para comenzar a dar resultados se requieren meses de trabajo arduo, presupuesto suficiente, herramientas legales. El hecho real, documentado, verificable, es que a cinco meses del inicio de la Cuarta Transformación no hay ningún pez gordo corrupto, detenido. Todos ellos andan por ahí disfrutando de sus millones mal habidos. No pido una cacería de brujas, pero si alguien la hizo, pues que la pague.

Más nos vale que el gobierno tenga éxito en materia de seguridad lo antes posible. Nadie quiere aparecer en la lista de víctimas de la violencia.

 


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@soycamachojuan

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