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Turismo. La trampa de los grandes empresarios



A toda acción corresponde una reacción. El anuncio de la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México supone un cambio de fondo en las reglas de la operación turística en el país. Incluye arrebatarle un bastión a un grupo empresarial y político relevante, que durante años se quedó con la rebanada más grande del pastel de los recursos dedicados a la promoción turística del país. Millones de dólares manejados de manera poco transparente que suscitaba todo tipo de suspicacias, ya que un mismo grupo de empresarios solía acaparar los contratos más jugosos.

El grupo afectado ya comenzó a moverse. Como tiene salida a los medios hará mucho ruido. Desde luego no ubican la desaparición del CPTM como un golpe a sus bolsillos y a su influencia política, sino a la actividad turística del país en su conjunto. Avizoran una catástrofe. Anuncian una caída en la captación de inversiones, viajeros, divisas y de lugares en el ranking internacional.

Suena preocupante y lo es, aunque hay una trampa que más vale poner al descubierto: la liquidación del CPTM no quiere decir que se acaba la promoción, quiere decir que se hará de otra forma, a través de otros canales y que los empresarios, que son los principales beneficiarios, y los gobiernos de estados con destinos turísticos de nivel mundial, como Quintana Roo, Baja California Sur, Jalisco y la Ciudad de México, tendrán que hacer aportaciones más grandes al rubro de promoción.

No quiere decir que México abandone el circuito de ferias, ni que se cancele el Tianguis Turístico o la Feria de Pueblos Mágicos, sino que tendrán que fondearse de manera diferente, con patrocinios de bancos, líneas aéreas, cadenas hoteleras. Hay que buscarle por otro lado, porque la bolsa del Consejo, siempre abierta, ya cerró.

Los empresarios pintan la situación de la siguiente manera, según nota de una revista especializada: “El riesgo más importante, sin lugar a duda, es abandonar la comercialización turística de México y dejar de vender el país bajo la combinación de campañas públicas y privadas. Es menos eficiencia y abarcar menos mercados, disminuir el impacto y dejar espacios abiertos en un mercado competido”, dice Pablo Azcárraga, presidente de Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET).

De acuerdo con el empresario, dice la nota de marras, sin el CPTM, México puede perder participación de mercado frente a otros países en crecimiento y que sí invierten en promoción turística, y también puede desaprovechar potenciales oportunidades de inversión y reducir la diversificación de viajeros que visitan el país. La promoción turística, explica Azcárraga, fue fundamental para mejorar la percepción de inseguridad que tuvo México a partir de las alertas que Estados Unidos lanzó el año pasado, recomendando a sus ciudadanos no viajar a algunos estados clave como Quintana Roo. El problema se minimizó “gracias a las campañas que llevamos a cabo para dar noticias buenas y equilibrar las malas, hablando de México como un país de experiencias”, destaca el empresario. “El CPTM permite mejorar la imagen del país, y sin lugar a dudas esto va a tener afectación”

La eliminación del Consejo es irreversible. El dinero del impuesto va rumbo a la bolsa para construir el Tren Maya. Ésa es la realidad. Lo que sigue es buscar opciones. La comunidad turística del país ha mostrado temple y determinación en momentos de apremio, como la crisis del virus de la influenza que tiró los indicadores a cero. Si entonces se pudo salir adelante también se puede ahora. Hay una transformación en curso, nos guste o no.


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Twitter: @soycamachojuan

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