Martes 19 de Marzo, 2024 - México / España
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Los otros poderes



Una cosa es colaborar técnicamente en una investigación, tal y como dice el convenio con la OEA, y otra, muy distinta, convertir a los expertos internacionales en autoridades.

Envueltos en una aureola infalible, llegan a México todos los expertos habidos y por haber, de diferentes nacionalidades y condición académica o profesional, y como aquellos blancos y barbados cuyo descenso de las carabelas nos permitió ir de la barbarie al cristianismo y del idioma encadenado a la romance forma de hablar en Castilla, nos leen documentos y nos piden prolongar su estancia mediante un convenio de cooperación técnica, el cual para fines prácticos se convierte en una forma novedosa de hacer política.


Frente a la razón del Estado, la razón “metaestatal”.
Solicitarle al gobierno fondos para la operación del grupo y después condicionar y prolongar su permanencia, sus actos y hasta sus visitas a las oficinas públicas donde se mueven con tolerancia, discrecionalidad y gusto por la inquisición, es una buena forma de tolerancia. Todos aplauden en el nombre de los convenios internacionales.


Por los expertos oficios, antes se buscaba a 43 personas (bueno, 42, pues los huesos astillados y calcinados de uno de los desaparecidos ya fueron identificados en Austria) y hora se indaga por ellos y por un misterioso quinto autobús cuyo volumen lo haría visible en cualquier parte. “Rodando se lo llevaron; rodando lo queremos”, dirá alguien.


Pero una cosa es colaborar técnicamente en una investigación, tal y como dice el convenio con la OEA, y otra, muy distinta, convertir a los expertos internacionales en autoridades.


Pero de cualquier modo vale repetir las palabras del secretario general de la OEA, Luis Almagro, publicadas ayer:
“En sesión solemne del Senado de la República, Luis Almagro Lemes, secretario general de la OEA, dirigió un mensaje con el que felicitó al Presidente de la República, Enrique Peña, por haber aceptado las recomendaciones que formularon los especialistas.


“La OEA hace suyo (pues suyo ha sido siempre, dirían Pero Grullo y Pero Suyo) el informe del grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Le hemos dado la bienvenida y creemos que el mismo es una importante contribución en la lucha contra la impunidad, sostuvo Almagro Lemes.


“Saludamos al Gobierno del Presidente Peña Nieto por asumir también este informe, por aceptar las recomendaciones y por ponerse al frente en la búsqueda de la justicia y la verdad.


“En la apertura de la sesión, el presidente del Senado, el panista Roberto Gil, consideró que la presentación del informe puede evitar una nueva experiencia de impunidad.
“Se ha generado la oportunidad para corregir la doble victimización de aquellos que no encuentran a los suyos, y a los que además se les ha denegado la justicia, dijo”.
También valdría preguntarle al señor Almagro si en la “doble victimización” de quienes “no encuentran a los suyos”, no cabría la utilización propagandística del caso y si convertirlos en activistas cuyo peregrinaje por el mundo entero le podría servir a otras cusas políticas no definidas del todo.


PREGUNTA
Inquiere un lector cuya curiosidad agradezco:
“¿Cual es la razón por la cual se le ha dado tanta preferencia a la investigación en torno a los 43 normalistas desparecidos en Ayotzinapa (sic) y así mismo, no se le da el mismo trato a los familiares de cerca de 10,000 personas que aun no han encontrado y que han desaparecido en el resto del país durante el presente sexenio?


PROFECÍA
Podrán venir varios grupos de expertos “independientes” a buscar la claridad del sol en el caso de Iguala, pero las cosas se quedarán en el mismo impreciso terreno de ahora por los siglos de los siglos.


El “slogan”, de exigir su presentación con vida, frente a lo cual no hay reversa, se erosionará con el tiempo. Dentro de un siglo ya no pedirán su presentación con vida. Valga la exageración.


DORMIDO
Cuando a Camilo José Cela (como a Carmen Salinas) lo pillaron en pleno cabeceo somnoliento en el parlamento español, sus adversarios lo acusaron de estar dormido.
Y él se defendió con esto:
—“No estaba dormido; estaba durmiendo, y no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”.

 

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