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La 4T no puede con la inseguridad



A escasas horas del inicio del periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión y por lo tanto de la entrega del Primer Informe de Labores de López Obrador, puede afirmarse que la 4T no le ha cumplido al país en dos temas fundamentales: seguridad y crecimiento económico. Son  asuntos torales en los que no hay nada qué presumir ni en los spots propagandísticos ni el texto del Informe, donde todo serán promesas para el segundo año, pues para el primero el Gobierno llega con las manos vacías.

Este déficit todavía no afecta el nivel de popularidad de López Obrador que sigue por muy alto, pero más temprano que tarde comenzará la caída, pero ésa es otra historia pues el Presidente seguirá fuerte con su base social, la que recibe el dinero de los programas sociales, pero se debilitará entre otros  grupos.

Por lo pronto, los episodios dantescos se suceden unos a otros. El caso del bar El Caballo Blanco en Coatzacoalcos, Veracruz, supera cualquier calificativo. Puede considerarse un acto de terrorismo interno. Fue una tragedia doble, en primer lugar humana por el número de personas que perdieron la vida en medio de sufrimientos brutales, hasta el momento la cifra es de 29 personas, pero puede crecer; y después, por un bochorno político debido a la reacción del Gobernador, del Fiscal del estado y hasta del Presidente.

Se pusieron a dar palos de ciego y a echarse la bolita unos a otros, sin el menor gesto de solidaridad y empatía por las víctimas y sus familias. Muestran torpeza y nula sensibilidad, ponen por delante sus viejas rencillas, quieren ajustar cuentas, están preocupados por sus carreras, como si eso fuera lo importante y no la violencia. Los veracruzanos tienen que decir ¡Ya Basta!, pues el desencuentro entre el gobernador y el fiscal traiciona la confianza de la gente.

La estrategia de seguridad del nuevo gobierno, si es que una hay, no ha dado resultados. La  sensación dominante es que no saben lo que están haciendo. Los únicos contentos con las pifias son los criminales que se dan con todo como si el Estado mexicano, sus fuerzas, estuvieran pintadas. Olga Sánchez y Alfonso Durazo hablaron de más durante meses, dijeron que sí podían, pero no pueden y hoy están en un pantano.

El episodio de Coatzacoalcos ratificó algo que ya se sabía, Nemesio Oseguera es el principal generador de violencia en el país. El Mencho es el jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación, que ya es la organización criminal más sanguinaria. Detenerlo o eliminarlo debería ser prioridad de las dependencias que conforman el Gabinete de Seguridad, comenzando por la Sedena y la Semar, pero también por la incipiente Guardia Nacional. Tal parece que El Mencho goza de protección y por eso se mueve con regularidad entre México y Estados Unidos, adonde va a depositar sus ganancias sin que nadie lo moleste. Por alguna extraña razón se vuelve invisible a los radares de aquí y de allá. Cabe preguntarse si aquí lo siguen buscando. ¿Si lo encuentran le apuntarán o le invitarán un cafecito para platicar de cómo van los negocios?

El tema del crecimiento económico cero sólo se corregirá cuando la comunidad empresarial recupere la confianza perdida por la cancelación del aeropuerto de Texcoco. Lo que quieren los empresarios para mover su dinero es certidumbre y reglas claras que no se cambien a la mitad del juego. Llegó el primer informe y la popularidad del Presidente sigue alta, y yo  me pregunto: ¿Eso nos sirve de algo? ¿La popularidad resuelve problemas?

 

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@soycamachojuan

 

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