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“He visto más muertos en tres meses que en un año completo”


Pedro y su hijo son paramédicos, y durante la pandemia de COVID-19 han aprendido a ver los distintos rostros que tiene la muerte, que también se llevó a uno de sus seres más queridos.
 
“He visto más muertos en tres meses que en un año completo, no te exagero si te digo que he visto morir como a 150 personas en estos días. Ver el rostro de quienes padecen COVID-19 te enseña prácticamente a ver los distintos rostros que tiene la muerte:
 
“Algunos tienen miedo, la mayoría no quiere ir al hospital, pero no les queda de otra porque no se sienten ya nada bien, otros se ven que están en paz con Dios, si es que creen en él, que no tienen pendientes, a muchos ya no se les refleja ese brillo de vida, de alegría, de esperanza, porque ya van muy mal camino al hospital”, cuenta Pedro padre.
 
“De lo más duro que me ha tocado ver, fue a un señor, como de unos 50 años, fuimos a recogerlo a su casa. Su hijo un adolescente como de 16 años, antes de meter a su papá en la cápsula para pacientes con COVID con mucha destreza alcanzó a tomar la mano de su papá, quien ya respiraba con dificultad, el muchacho le dijo: ´te amo papá, te vas a poner bien´, El señor con voz muy débil le respondió: ´te amaré hasta siempre´, nos fuimos de inmediato al hospital. Lo último que supimos fue que el señor falleció dos días después…. Yo sí creo que la gente ya sabe cuándo llegó el momento de partir, muchos tienen oportunidad de despedirse, pero muchos otros ya no”, señala Pedro hijo.
 
Ellos son “Los Pedros”, como les dicen, Pedro papá y su hijo del mismo nombre, quienes festejan el Día del Padre, desempeñándose en lo que mejor saben hacer, ayudar a quienes más lo necesitan en estos momentos.
 
Ambos paramédicos, forman parte de ese ejército de trabajadores de la salud que están en el frente de batalla contra el COVID-19.
 
Cuentan a Crónica que trabajan codo a codo para brindar la primera atención médica a los pacientes que les toca ir a recoger a sus domicilios, son de los que le entran con todo a la lucha contra el COVID, y desde el 1 de marzo, se han dedicado a dar lo mejor de sí mismos.
 
Don Pedro de 50 años, enviudó hace un mes y medio, el COVID se llevó a su Rosita su compañera de vida los últimos 32 años “no sabemos si mi hijo o yo le trajimos el virus, de otro modo, no había cómo pudo haberse contagiado”, confiesa.
 
En todos estos días, ninguno de los dos nos hemos sentido ni tantito mal, dice don Pedro, “pero mi Rosita un buen día comenzó a sentirse muy cansada, raro en ella, porque siempre fue muy activa, después de una semana”, comenzó a tener insuficiencia respiratoria, ingresó al hospital y ya no la volvieron a ver, “ni siquiera a nosotros como paramédicos se nos permitió entrar a despedirnos, y eso ha sido lo más duro de todo este asunto del coronavirus”.
 
Este par de paramédicos son pareja no sólo como padre e hijo, sino también en el trabajo, se acompañan, se apoyan y en todo momento se cuidan las espaldas, ya todos saben que ellos no trabajan el uno sin el otro, así ha sido los últimos 15 años.
 
Ninguno de los dos se alcanza a explicar por qué no se han contagiado de COVID-19, “y no es que nos queramos enfermar, ¡no! Ni Dios lo permita, pero pues es que hemos estado en contacto, te digo, fácil con 300 personas con esta enfermedad tan grave en muchos casos, de ellos, en el hospital, en el trayecto, días después, nos enteramos que alrededor de la mitad han muerto y nosotros, es como si fuéramos inmunes”, cuenta el papá.
 
Al respecto, don Pedro sí cree firmemente, que la alimentación y la vida saludable tiene mucho que ver, a sus 50 años, luce como hermano de su propio hijo. Al vivir juntos, hacen una o dos horas de ejercicio, siempre que el deber lo permita y se alimentan de manera saludable, se mantienen en su peso y ninguno de ellos tiene enfermedad crónica alguna.
 
Pedro hijo más precavido, aunque vive en el mismo condominio que su papá, pero en otro departamento, no ha estado con su esposa desde marzo pasado “ni siquiera entro al departamento, así lo acordamos, por el bien de ella, y de mis gemelitos Pedrito tercero, y Rosalio (en memoria de mi mamá), voy le dejo la despensa en la puerta de la casa, y ella lo mete todo y se encarga de desinfectar todos los alimentos”.
 
Respecto a cuándo podrá volver a estar con su familia, resalta que para “Los Pedros” lo prioritario ahorita es seguir  ayudando en esta emergencia sanitaria que vive el país y en particular en la ciudad de México “quizá hacia julio ya estaremos contemplando la posibilidad de volver a estar juntos, es algo que todavía no sé, pero antes de entrar a la casa, mi papá y yo ya acordamos que nos vamos a hacer la prueba, y nos vamos a encerrar en casa de mi mamá las dos semanas de cuarentena que corresponden a partir del momento en el que nos entreguen los resultados de la prueba.
 
Y si, como se tiene estimado, hay un rebrote de la enfermedad, hacia agosto-septiembre próximos, volverían a entrarle con todo, se les cuestiona y de inmediato el patriarca de la familia asevera “no, de ninguna manera, Pedro ya se queda con su familia, también tiene que disfrutar a sus bebés -tienen 9 meses-. Yo sí, voy a seguir ayudando todo lo que pueda, total que como decimos, ‘si para morir nacimos´, y cuando me toque, será porque me llegó el momento de rendirle cuentas a Dios, señala don Pedro, además, ella me cuida, dirigiéndose a la urna colocada a un costado de la foto de doña Rosita y don Pedro cuando se casaron hace 32 años.