Este movimiento nació en redes sociales en octubre como respuesta a la decisión del gobierno francés por incrementar la tasas de los combustibles. Esta subida estaba prevista en el programa electoral del presidente de Francia, Emmanuel Macron, como medida para la lucha del cambio climático.
Quienes se ven más afectados por estas medidas son aquellos que residen en provincias con menos transporte público, ya que deben de recorrer largas distancias para llegar a su trabajo o simplemente disfrutar de servicios básicos.
Portan el chaleco amarillo como símbolo de protesta y en caso de incidencias en carretera.
Las protestas
El movimiento ha ido creciendo. Se han sumado estudiantes y demás personas. Agregan a la lista de protesta la pérdida del poder adquisitivo de manera general, así como las desigualdades sociales que existen en Francia.
Piden también por la reintroducción del impuesto sobre la fortuna y la disminución de las tasas que gravan a las clases trabajadoras.
Han tapado carreteras y cortado suministros de combustible. Algunas protestas han terminado de manera violenta, aunque los que portan el chaleco dicen que son infiltrados por el mismo gobierno para tener un motivo de atacarlos.
Sólo en la protesta del primero de diciembre, los choques de los chalecos amarillos con policías han dejado 412 detenidos y 263 heridos. Estas protestas han coincidido con el momento más bajo de popularidad para Macron.
Países como Portugal y Túnez han adoptado la protesta de los chalecos amarillos en Francia para hacer lo propio en su nación.
Con información de: El País, El Comercio, Excélsior y EFE.
