Cuando Donald Trump llegó a la presidencia de los Estados Unidos, se quejó de todos los esfuerzos humanos y económicos que el país norteamericano realizaba en guerras en las que no obtenía beneficio alguno. Tardó dos años en ordenar el repliegue de aproximadamente 2,000 soldados destacados en el norte de Siria.
En su perfil de Twitter, Donald Trump escribió: “¿Quiere EE UU ser el agente de policía de Oriente Próximo, sin recibir NADA salvo gastar vidas preciosas y billones de dólares protegiendo a otros que, en la mayoría de los casos, no aprecian lo que hacemos? ¿Queremos estar allí siempre? Es hora de que otros luchen por fin...”.
Esas líneas las compartió un día después de haber recalcado, por ese mismo medio, que el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) había sido derrotado, y que, como ese era el objetivo de la presencia estadounidense en Siria, ya era el momento de retirarse.
La guerra siria lleva 7 años. Enfrenta al régimen del presidente de Siria, Bachar el Asad, apoyado por Moscú y rechazado por Estados Unidos, con los rebeldes. En la zona noreste y del norte central se encuentran desplegadas las tropas norteamericanas con el propósito de de erradicar la presencia del Estado Islámico en la zona.
Fuentes de Defensa informaron a la prensa estadounidense que Trump planea recortar a la mitad la presencia de tropas en Afganistán. Ahora mismo hay 14,000 efectivos desplegados, número irá reduciendo en los próximos meses.
Sin embargo, el magnate informó que Estados Unidos no retirará sus tropas de Irak ya que éstas podrían servir como una base "hacer algo en Siria" en caso necesitarse.
Con esta retirada, Estados Unidos cede el control a Rusia de la zona, bajo la máscara de decir que ya no son más la policía de Medio Oriente.
Con información de: El País, El Comercio y El Telégrafo.
