Más de 300 diarios de Estados Unidos defendieron ayer la libertad de prensa en sus editoriales, publicados de manera coordinada, en los que denuncian los ataques del presidente Donald Trump a los periodistas y a los medios de comunicación desde su llegada a la Casa Blanca.
Al ya habitual “medios de comunicación falsos” (fake news), que Trump usa varias veces a la semana, el mandatario ha sumado insultos a periodistas y ha llegado a catalogar a la prensa como “el enemigo del pueblo estadunidense”.
En su editorial, The Boston Globe, fundado en 1872 e impulsor de la iniciativa, consideró que “llamar a la prensa ‘el enemigo del pueblo’ al tiempo que va contra los valores estadunidenses es también un peligro para el tejido cívico que hemos compartido durante más de dos siglos”.
NEW YORK TIMES. Por su parte, The New York Times, el diario más destacado del país en unirse a la iniciativa ayer, apeló a los ciudadanos y les dijo que la prensa los “necesita”.
Al frente común se sumaron tanto diarios de gran tirada de ciudades grandes como periódicos locales, entre ellos cabeceras como The Houston Chronicle, Chicago Sun-Times, Minneapolis Star Tribune, Miami Herald y Denver Post.
“Pedimos a los consejos editoriales de todo el país —progresistas y conservadores, grandes y pequeños—, que se unan a nosotros para encarar esta amenaza fundamental en sus propias palabras”, remarcó el Globe.
REACCIÓN FURIBUNDA. Ante la ola de críticas, Trump apostó por redoblar sus ataques, y en Twitter escribió: “LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN FALSOS SON EL PARTIDO DE LA OPOSICIÓN. Es muy malo para nuestro Gran País… PERO ESTAMOS GANANDO![sic]”. “Laprensa es LIBRE para escribir y decir todo lo que quiera, pero gran parte de lo que dice son NOTICIAS FALSAS”, agregó el mandatario.
APOYO DEL SENADO. Por otra parte, el Senado estadunidense, de ligera mayoría republicana, aprobó ayer por unanimidad una resolución en la que resaltó “el vital e indispensable papel que desempeña la prensa libre” y en el que condenó “los ataques a la libertad de prensa” y los “esfuerzos para socavar sistemáticamente la credibilidad de la prensa”.
