Desde hace algunos lustros, se ha hablado de que el cine mexicano goza de uno de sus mejores momentos creativos. Los premios en festivales importantes como Cannes, Berlín o Venecia parecen hacer eco del éxito; sin embargo, los filmes que ganan en estos grandes festivales no terminan de convencer a la audiencia mexicana. Esta poca conexión que hay entre el cine mexicano que destaca y el público se puede atribuir a su carácter de autor, pues es bien sabido que la audiencia está más convencida con el cine mexicano de comedia, acción o terror bajo, que son legado hollywoodense.
Bajo estas circunstancias es que La 4ª compañía podría convertirse en un parteaguas en la comunión del cine mexicano con su público. Se trata de una película exquisita en su tratamiento técnico y de producción; minuciosa en el guion, basado en hechos reales, del que se refleja una destacada documentación; una edición que atrapa por su forma de conjugar en un solo filme géneros como el drama carcelario, la acción, el deporte, la comedia y el thriller psicológico en una misma pieza y además porque es una película que muestra un interesante equilibrio entre cine comercial y autoral.
La ópera prima de Amir Galván Cervera y Mitzi Vanessa Arreola cuenta la historia basada en hechos reales de Zambrano, un delincuente juvenil que sólo anhela integrarse al equipo de fútbol americano conocido como Los Perros de Santa Martha. Esta ilusión le involucra con el crimen organizado bajo el auspicio de la autoridad, pues Los Perros son también llamados La 4a Compañía, un escuadrón de internos que controla los vicios y privilegios de la cárcel en provecho de los directivos y que además, por las noches, sale a la ciudad para hacer una labor de robo de autos y asaltos bancarios que reportan grandes dividendos a los hombres del poder en el sexenio de López Portillo.
Se trata de uno de los filmes carcelarios más destacados en la historia de México desde El apando (1975), de Felipe Cazals, con la que comparte la virtud y carácter de ser filmes verosímiles con la realidad. El ritmo de la cinta es ágil y está muy bien interpretada por el elenco de actores, como el joven protagonista Adrián Ladrón, quien ganó como Mejor Actor en la más reciente edición de los Premios Ariel, y otros en su reparto como Hernán Mendoza, Andoni Gracia, Gabino Rodríguez y Manuel Ojeda.
La verosimilitud con la que está tratada respecto a la denuncia de corrupción carcelaria también le da fuerza a la película en el sentido del poder de la ficción en el cine mexicano, ya que hasta ahora es el género documental la principal vía para hablar de los temas que afectan a la sociedad mexicana. En este caso, los directores logran, además, conectar el pasado con la actualidad por la vigencia de los problemas sociales. Lo más criticable es que si no eres mexicano o no estás familiarizado con la historia puede costar un poco entender la magnitud de la situación.
Estrenos
Noche de juegos
Directores: John Francis Daley y Jonathan Goldstein
(EU, 2018)
Pese a su carácter manipulador con el espectador en el sentido del manejo de las emociones, Noche de juegos es una comedia totalmente disfrutable. No aspira a ser la película del año pero sí cumple su cometido en cuestión de entretenimiento. John Francis Daley y Jonathan Goldstein ya habían presentado con cierto agrado de humor desfachatado Vacaciones (2015), y ahora toman a los guionistas de Spider-Man: De regreso a casa (2017) para darnos una comedia de enredos, romance y elementos propios del thriller de acción con resultados bastante dignos. Un grupo de amigos que se reúne de forma periódica para pasar una noche de juegos se encuentra en una ocasión para tratar de resolver el misterio de un asesinato. En ella Jason Bateman y Rachel McAdams hacen una mancuerna disfrutable.
Los ojos del mar
Director: José Álvarez (México, 2017)
En los últimos años el cine documental ha tenido una riqueza excepcional y este filme es un ejemplo prolífico de eso. Hace casi cinco años en el mar de Tuxpan naufragó un barco camaronero. Su tripulación falleció y sus cuerpos quedaron en medio del mar. Sus familiares y seres queridos no los volvieron a ver y no tuvieron la oportunidad de despedirse de ellos ni de poder tener su cuerpo para realizarle una ceremonia de acuerdo a sus ideas religiosas. El filme nos muestra la creación de una nueva forma de despedirse de aquellos seres queridos que no dejaron rastro. El realizador José Álvarez nos da una emotiva reflexión sobre los adioses y nos muestra el poder del cine para sensibilizar.
Amante por un día
Director: Philippe Garrel
(Francia, 2017)
Philippe Garrel es uno de los pocos cineastas que en la actualidad traen algo de dignidad a la cinematografía francesa. En tiempos en que los galos pecan de creatividad y han caído en la tentación comercial de hacer remakes de otras cinematografías, es un placer tener acceso al cine de Garrel con una sencilla premisa: Después de una ruptura, una chica de 23 años regresa a casa de su padre. Allí descubre que éste tiene una relación con una joven de su misma edad. El resultado es un filme sincero, es transparente en su propuesta y hasta conformista en su estética, pero en su historia el director es accesible, reflexiona sobre la fidelidad, la depresión, las diferencias generacionales, el amor y el desamor, con muchas aristas psicológicas bastante interesantes.
